Pentateuco
se le llama en el Antiguo Testamento:
(1) La Ley: Dios. 8:34; Esd. 10:3;
Neh. 8:2,7-14; 10:34,36; 12:44; 13:3; 2 Cr. 14:4;
(2) El libro de la Ley: Jos. 1:8; 8:34; 2 R. 22:8; Neh. 8:3.
(3) El libro de la ley de Moisés: Jos. 8:31; 23:6; 2 R. 14:6;
Neh. 8:1.
(4) El libro de Moisés: Esd. 6:18; Neh. 13:1; 2 Cr.
25:4; 35:12.
(5) La ley de Jehová: Esd. 7:10; 1 Cr. 16:40; 2 Cr. 31:3;
35:26.
(6) La ley de Dios: Neh. 10:28,29.
(7) El libro de la ley de Dios: Jos. 24:26; Neh. 8:18.
(8) El libro de la ley de Jehová: 2 Cr. 17:9; 34:14.
(9) La ley de la ley de Jehová su Dios: Neh. 9:3.
(10) La ley de Moisés siervo de Dios: Dn. 9:11, Cf. con 13; cf.
Con Mal. 4:4.
Se puede observar cuán
adecuadamente describen estas frases al Pentateuco. Hacen énfasis en su
legislación.
La Ley: Indican que
está en forma permanente.
El Libro. Dirigen la
atención hacia su escritor humano: Moisés; y apuntan hacia el Autor
Divino, Jehová, quien es Dios.
Al
Pentateuco se le llama en el Nuevo Testamento:
(1) El libro de la Ley:
Gá. 3:10.
(2) El libro de Moisés:
Mr. 12:26.
(3) La Ley: Mt. 12:5: Lc.
16:16; Jn. 7:19.
(4) La ley de Moisés: Lc.
2:22; Jn. 7:23.
(5) La ley de Jehová: Lc.
2:23,24.
El autor humano del
Pentateuco fue Moisés, el gran legislador de Israel. Es cierto que no existe
ninguna introducción, anotación o declaración que la obra en toda su extensión
sea producto de Moisés. Sin embargo, hay un testimonio convincente,
de una naturaleza interna como externa, para respaldar la opinión de que Moisés
escribió el Pentateuco.
l. El
testimonio del Pentateuco
Las citas que mencionamos
a continuación son de un valor especial porque muestran qué porciones
importantes de la Ley fueron escritas por Moisés.
(a) Éx. 17:14, "Y Jehová dijo a Moisés: Escribe esto para me¬moria
en un libro, y di a Josué que del todo tengo de raer la memoria de Amalec de
debajo del cielo". Este versículo muestra que a Moisés se le consideraba
una persona digna de escribir. Lo que él debía escribir, probablemente incluye
la profecía y su ocasión histórica, el ataque de Amalec.
(b) Éx. 24:4-8, "Y Moisés escribió todas las palabras de Jehová”
(v. 4a). Esto se refiere cuando menos al "libro del Pacto" (Éx.
21:2-23:33), y puede aun incluir Ex. 19 y 20.
(c) Éx. 34:27, "Y Jehová dijo a Moisés: Escribe tú estas
pala¬bras; porque conforme a estas palabras he hecho la alianza contigo y con
Israel". Esta es la segunda vez que el Señor le ordenó a Moi¬sés que
escribiera. Se refiere a Ex. 34:10-26, el segundo decálogo.
(d) Nm. 33:1,2. "Y Moisés escribió sus salidas conforme a sus
jornadas por mandato (lit., boca) de Jehová" (v. 2a). Aquí se ex¬presa
claramente que Moisés escribió la lista de estancias desde Egipto hasta Moab
cubriendo la jornada completa de los hijos de Israel. Este itinerario es en
realidad un argumento poderoso en favor de la paternidad literaria de Moisés y
abarca toda la narra¬ción del Pentateuco (véase pág. 94ss.). Si Moisés escribió
este itinerario, sin duda escribió la narración sobre la peregrinación en el
desierto.
(e) Dt. 31:9. "Y escribió Moisés esta ley, y dióla a los
sacerdotes, hijos de Leví, que llevaban el arca del pacto de Jehová, ya todos
ancianos de Israel". "Y como acabó Moisés de escribir las palabras de
esta ley en un libro hasta concluirse. . ." (v.24).
Probablemente estas
palabras se refieren a los libros anteriores Pentateuco, ya que Deuteronomio
admite que el pueblo estaba sujeto a una legislación mosaica previa (Cf. Dt.
4:5,14; 29: 1; etc.). Pero aun si la referencia se limita a porciones de
Deuteronomio, testifica al hecho que Moisés escribió extensamente.
(f) Dt. 31:22. "Y Moisés escribió este cántico aquel día, y
enseñólo a los hijos de Israel". Esto se refiere a Deuteronomio 32.
Para sintetizar, podríamos
decir que hay tres secciones legislativas cuya paternidad literaria
son adjudicadas a Moisés, y tres secciones que tratan asuntos históricos.
Además de los seis
pasajes mencionados anteriormente, debemos observar los siguientes hechos. No
se menciona la paternidad literaria de Génesis, pero como habremos de mostrar
más tarde, Génesis forma una parte orgánica del Pentateuco. En los cuatro libros restantes, Moisés aparece como el personaje
principal, el mediador de la Ley. Es a Moisés a quien Dios entrega los Diez
Mandamientos y quien constituye la figura central en esa majestuosamente
abrumadora transacción en el Sinaí Es a Moisés, a quien el Señor revela, por
medio de comunicación personal, las instrucciones para la construcción del
Tabernáculo (Ex. 25-31). En el
relato de la construcción del Tabernáculo frecuentemente encontramos la frase "como Jehová lo mandó a Moisés".
En el libro de Levítico encontramos a menudo frases como "Jehová habló a Moisés diciendo", y también encontramos
esto en Números.
El libro de Deuteronomio
principia diciendo: "Estas son las
palabras que hablo Moisés a todo Israel", etc. (v. 1). En el versículo
5 leemos, "De esta parte del Jordán, en tierra de Moab, resolvió Moisés
declarar esta ley, diciendo..." "El Deuteronomio está compuesto en
gran parte de detallados mensajes predicados por Moisés y cuyo principal
propósito es, repasar las leyes anteriormente dadas y aplicarlas a las nuevas
condiciones bajo las cuales tendría que vivir Israel en poco tiempo, y exhortar
al pueblo a la lealtad y obediencia"
II. El
testimonio del texto del Antiguo Testamento
De especial importancia
es el libro de Josué, el cual está lleno con referencias a Moisés. A Josué no
se le debe considerar como el sucesor de Moisés, ya que debido a su alta
investidura, Moisés no tuvo más que un solo sucesor: Cristo. Sin embargo, Josué obtuvo su
autoridad de Moisés.
La ley de Moisés debía
ser su norma y guía. A eso se debe que frecuentemente encontremos a Josué
haciendo "de la manera que Jehová la había mandado a Moisés" (p.ej.
11: 15,20; 14:2; 21:2; etc.). Pero hay varias referencias explícitas al hecho
de que la Ley escrita era la obra de Moisés; observemos "este libro de la
ley" (1:7,8); "escrito en el libro de la ley de Moisés" (8:31;
CL también vv. 32,34;23:6); "la palabra de Jehová por mano de Moisés"
(22:9; CL también v. 5).
En Jueces 3:4 leemos:
"para saber si obedecerían a los mandamientos de Jehová, que él había
prescrito a sus padres por mano de Moisés". Encontramos referencias a
Moisés en Reyes, Esdras, Nehemías, y Crónicas. Encontramos expresiones como
"la ley de Moisés" (1 R. 2:3); "el libro de la ley de
Moisés" (2 R. 14:6); , "la ley que mi siervo Moisés les mandó"
(2 R. 21:8); "el libro de Moisés" (Esd. 6:18; Neh. 13:1). (Comparar también
1 R. 8:9, 53-56; 2 R. 23:25; 22:8 con 2 Cr. 34:14; 2 Cr. 23:18; 25:4; 35:12;
Esd. 3:2; Neh. 8:1-8).
Las referencias a Moisés
en los Profetas son más bien poco frecuentes. En su mayoría los Profetas hablan
sólo de la ley, como por ejemplo en Isaías 1:10. El significado preciso de la
palabra "ley" cada vez que ésta ocurre sería bastante difícil de
determinar. Sin embargo, la única ley con autoridad reconocida en el Antiguo
Testamento, es la Ley de Moisés y es a esta ley a la que los profetas se
refieren.
Debemos observar que
Daniel habla claramente de "el juramento que está escrito en la ley de
Moisés, siervo de Dios" (9:11-13), y Malaquías advierte, "Acordaos de
la ley de Moisés mi siervo, al cual encargué en Horeb ordenanzas y leyes para
todo Israel" (4:4).
La presuposición del
testimonio del Antiguo Testamento es que existe un libro escrito que es
conocido como la Ley, y que el contenido de la Ley fue dado a Moisés por
Jehová. Sobre el asunto de la paternidad literaria de la Ley, el Pentateuco y
el resto del Antiguo Testamento reconocen solamente a un autor humano, y ese
autor es Moisés.
III. El testimonio
del Nuevo Testamento acerca del Pentateuco
El Nuevo Testamento rinde
claro testimonio sobre la paternidad literaria de Moisés del Pentateuco. Sobre
este punto parece que nuestro Señor y los judíos no tuvieron ninguna discusión.
El más bien objetó a la mala interpretación de la Ley. Cristo cita pasajes de
la Ley como pertenecientes a Moisés, por ejemplo, "Por la dureza de
vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres" (Mt. 19:8;
Mr. 10:5). Compare también Mt. 8:4; Mr. 1:44, 7:10; 12:26; Lc. 5:14; 20:37;
16:31. Observe particularmente Lc. 24:27,44; Jn. 5:47; 7:19).
El resto del Nuevo
Testamento está en armonía con el testimonio de nuestro Señor. (CL Hch. 3:22;
13:39; 15:5-21; 26:22; 28:23; Ro. 10:5,19; 1 Co. 9:9; 2 Co. 3:15; Ap. 15:3).
Como lo hace el Antiguo,
el Nuevo Testamento rinde testimonio acerca de un escrito conocido como la Ley,
y considera a Moisés como su escritor. De hecho, en el Nuevo Testamento, las
palabras "Moisés" y "ley" son sinónimas.2
El
testimonio de las Sagradas Escrituras nos lleva a creer que:
Moisés fue el escritor
fundamental o real del Pentateuco. Al componerlo, como Astruc ha sugerido, pudo
haber usado partes de documentos escritos previamente. También, bajo
inspiración divina, pudo haber algunas revisiones o adiciones secundarias.
Esencialmente sin embargo, es el producto de Moisés. La posición que los
conservadores defienden ha sido bien expresada por Wilson: "Que el
Pentateuco, en su forma actual es histórico y desde el tiempo de Moisés; y que
él fue su verdadero autor, aunque haya sido revisado y editado por redactores
posteriores, siendo las adiciones tan inspiradas y auténticas como el
resto" (A Scientific Investigation of the Old Testament, 1929, pág. 11).
Libros del
Antiguo Testamento
El Antiguo
Testamento tiene 39 libros en total, el cual consiste de:
El Pentateuco:
5 libros
Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio
Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio
Los Libros Históricos: 12 libros
Josué, Jueces, Rut, Primer Libro de Samuel, Segundo Libro de Samuel, Primer Libro de Reyes, Segundo Libro de Reyes, Primer Libro de Crónicas, Segundo Libro de Crónicas, Esdras, Nehemías, Ester.
Los Libros Poéticos: 5 libros
Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés, Cantar de los Cantares.
Los Libros Proféticos: 17 libros
Profetas Mayores: Isaías, Jeremías, Lamentaciones, Ezequiel, Daniel
Profetas Menores: Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahúm, Habacuc, Sofonías, Hageo, Zacarías, Malaquías.
El Pentateuco:
5 libros
1.
Génesis: La Creación, la Caída, el Diluvio, las naciones esparcidas, Abraham,
Isaac, Jacob y José. Esclavitud en Egipto.
2.
Éxodo: La esclavitud, Moisés, las 10 plagas, la Pascua, el pueblo Israelita
deja Egipto, el cruce del Mar Rojo, el Monte Sinaí y los 10 Mandamientos.
3.
Levítico: Instrucciones acerca del sistema de sacrificios y el sacerdocio.
Instrucciones acerca de la pureza moral.
4.
Números: Todavía el pueblo se encuentra en el Monte Sinaí, las personas hacen
un falso ídolo, castigo, empieza el vagar en el desierto.
5.
Deuteronomio: Discursos de Moisés en los Hechos de Dios por Israel, el Decálogo, las
Leyes ceremoniales, civiles y sociales y ratificación del pacto.
Los Libros Históricos: 12 en total
1.
Josué: La primera mitad de Josué describe los 7 años de conquista de la
Tierra Prometida. La otra mitad trata con la división de la tierra entre el
pueblo.
2.
Jueces: Tiempo de Jueces. Este fue un período malo. Los Israelitas no echaron
fuera a todos los habitantes de Canaán y empezaron a tomar parte en la
idolatría de ellos. Fueron 7 ciclos de opresión extranjera, arrepentimiento y
liberación; al final, las personas fallaron al no aprender la lección.
3.
Rut: Un familiar redentor en Booz, redime a Rut una Moabita. Habla de
justicia, amor y la fidelidad del Señor.
Los próximos 6 libros rastrean
el tiempo desde Samuel a la Cautividad
1.
Primer Libro de Samuel: Samuel lleva a Israel desde los jueces hasta el Rey Saúl.
2.
Segundo Libro de Samuel: David como Rey, adulterio y asesinato.
3.
Primer Libro de Reyes: Salomón, Israel como nación poderosa. Salomón muere y se lleva a cabo
la división de las tribus: 10 al norte y 2 al sur.
4.
Segundo Libro de Reyes: El Reino Dividido. Todos los 19 reyes de Israel fueron malos; por lo
tanto, hay cautividad a Asiria (722 A.C.). En Judá, 8 de los 20 gobernantes
fueron buenos; sin embargo, también fueron exiliados.
5.
Primer Libro de Crónicas: Un recuento de la historia de Israel en el tiempo de Salomón.
6.
Segundo Libro de Crónicas: Continúa el recuento de la vida de Salomón, la construcción del templo
hasta la cautividad. Se refiere solamente a la historia de Judá.
Los Próximos 3 libros tratan
acerca de la restauración de Israel
1.
Esdras: Ciro le permite a la mayoría de los Judíos regresar a su tierra
Israel. Zorobabel guía al pueblo. (539 A.C.). Esdras regresó más tarde con más
Judíos y construyó el templo. (458 A.C.).
2.
Nehemías: Construcción del muro de Jerusalén. Nehemías obtuvo permiso del rey de
Persia para reconstruir el muro. (444 A.C.). Reactivación de la tierra.
3.
Ester: Tomó lugar durante los capítulos 6 y 7 de Esdras. Mardoqueo. Plan para
asesinar al pueblo Judío.
Los Libros Poéticos: 5 libros
1.
Job: Un hombre justo es probado por Dios. Trata acerca de la soberanía de
Dios.
2.
Salmos: Consiste de 5 divisiones. Adoración cantada. Una gran variedad de
temas.
3.
Proverbios: Sabiduría práctica en cada asunto.
4.
Eclesiastés: Todo es vanidad. La sabiduría del hombre es trivial.
5.
Cantar de los Cantares: De Salomón. Una canción entre Salomón y su esposa Sulamita, mostrando
el amor entre un hombre y una mujer.
Los Libros Proféticos: 17 libros
Los Profetas Mayores:
1.
Isaías: Mira el pecado de Judá y proclama el juicio de Dios. Ezequías. Llega
la restauración y la bendición.
2.
Jeremías: Llamado por Dios para proclamar las noticias del juicio a Judá, el
cual llegó. Dios establece un Nuevo Pacto.
3.
Lamentaciones: 5 poemas de lamento. Descripción de la traición y caída de Jerusalén.
4.
Ezequiel: Él ministró a los Judíos en la Cautividad en Babilonia. Descripción del
final de los tiempos.
5.
Daniel: Muchas visiones del futuro para los Gentiles y los Judíos.
Los Profetas Menores: 12 libros
1.
Oseas: La historia de Oseas y su esposa infiel, Gomer. Representa el amor de
Dios y Su fidelidad y el adulterio espiritual de Israel. Israel será juzgado y
restaurado.
2.
Joel: Proclama un futuro terrible usando imágenes de langostas. El juicio
vendrá pero seguirá la bendición.
3.
Amós: Le advirtió a Israel de su juicio venidero. Israel rechaza la
advertencia de Dios.
4.
Abdías: Una proclamación contra Edom, una nación vecina de Israel que se
deleita en los juicios de Israel. Profecía de su destrucción posterior.
5.
Jonás: Jonás proclama un juicio venidero sobre la gente de Nínive; pero ellos
se arrepienten y el juicio es detenido.
6.
Miqueas: La descripción del total decaimiento moral en todos los niveles de
Israel. Dios juzgará; pero olvidará y restaurará.
7.
Nahúm: Nínive ha caído en la apostasía (aproximadamente 125 años después de
Jonás) y será destruido.
8.
Habacuc: Cerca del fin del reino de Judá. Habacuc le pregunta a Dios porqué Él
no está tratando contra el pecado de Judá pero Dios le dice que Él usará a los
Babilonios. Habacuc le pregunta cómo puede Él usar una nación de impíos, la
cual inclusive, es peor que Israel.
9.
Sofonías: El tema se desarrolla sobre el Día del Señor y Su juicio con una
bendición venidera. Judá no se arrepentirá, excepto por un remanente, el cual
será restaurado.
10.
Hageo: Las personas fallaron al no colocar a Dios primero, al construir sus
casas antes de que hubieran terminado el Templo de Dios; por lo tanto, ellos no
tuvieron prosperidad.
11.
Zacarías: Zacarías anima a los Judíos para que completen el Templo. Muchas
profecías mesiánicas.
12.
Malaquías: El pueblo de Dios está laxo en sus responsabilidades para con Dios. Crecen
separados de Dios. Compromiso moral. La proclamación del juicio venidero.
El período de
los Principios
El
Antiguo Testamento provee una respuesta a la interrogación del hombre por lo
que respecta al pasado. Los primeros once capítulos del Génesis exponen los
hechos esenciales respecto a la Creación de este Universo y del hombre. En el
registro escrito del proceder de Dios con el hombre, estos capítulos penetran
en el pasado más allá de lo que ha sido establecido o corroborado
definitivamente por la investigación histórica. Con razonable seguridad, sin
embargo, el evangélico acepta inequívocadamente esta parte de la Biblia como
el "primero" (y el único auténtico) relato de la Creación del
Universo por Dios.
Los
capítulos iniciales del canon son fundamentales para toda la revelación
expuesta en el Antiguo y Nuevo Testamento. En toda la Biblia hay
referencias a la creación y temprana historia de la humanidad tal como
se expone en estos capítulos introductorios.
¿Cómo
deberemos interpretar esta narración del principio del hombre y su mundo? ¿Es
mitología, alegoría, una combinación contradictoria de documentos, o la idea
de un solo hombre acerca del origen de las cosas? Otros escritores bíblicos
la reconocen como una narración progresiva de la actividad de Dios al crear
la tierra, los cielos y el hombre. Pero el lector moderno debe guardarse de
leer más allá de la narración, interpretándola en términos científicos, o
asumiendo que es un almacén de información sobre ciencias recientemente
desarrolladas. Al interpretar esta sección de la Biblia —o cualquier otro
texto a tal objeto— es importante aceptarla en sus propios términos. Sin duda
alguna, el autor hizo uso normal de símbolos, alegorías, figuras del
lenguaje, poesía y otros recursos literarios. Para él, al parecer, constituyó
un registro sensible y unificado del principio de todas las cosas, tal como
le habían sido dadas a conocer por Dios mediante medios humanos y divinos.
El
tiempo comprendido por este período de los principios no se indica en ningún
lugar de las Escrituras. En tanto el punto terminal —el tiempo de Abraham— se
relaciona con la primera mitad del segundo milenio, los demás acontecimientos
de esta era no pueden ser fechados con exactitud. Intentos de interpretar las
referencias genealógicas como una cronología completa y exacta, no parecen
razonables a la luz de la historia secular. Aunque la narrativa sigue, en
general, un orden cronológico, el autor del Génesis no sugiere en forma
alguna una fecha para la creación.
Tampoco
nos son conocidos los detalles geográficos de este período. Es improbable que
lleguen a ser identificadas las situaciones del Edén y algunos de los ríos y
naciones mencionados. No se señalan los cambios geográficos habidos con la
expulsión del hombre del Edén y con el diablo. Al parecer, están más allá de
los límites de la investigación humana.
Al
leer los once capítulos del Antiguo Testamento, pueden suscitarse cuestiones
que la narrativa deja sin contestación. Estos interrogantes merecen un
estudio más extenso. De mayor importancia, sin embargo, es la consideración
de lo que se afirma; porque este material provee el fundamento y fondo para
una mayor y más completa revelación de Dios, como se manifiesta de forma
progresiva en capítulos subsiguientes.
El relato de la
Creación —1:1- 2:25
"En
el principio" introduce el desarrollo en la preparación ¿el Universo y
la creación del hombre. Si este tiempo sin fecha se refiere a la creación
original o al acto inicial de Dios en la preparación del mundo para que
el hombre, es cuestión de interpretación. En cualquier caso, el narrador
empieza con Dios como creador, en este breve párrafo introductorio (1:1-2) en
relación con la existencia del hombre y el Universo.
Orden
y progreso marcan la era de la creación y organización (1:3-2:3). En el
período designado como de seis días prevaleció el orden en el Universo
relativo a la tierra. En el primer día fueron ordenadas la luz y las
tinieblas para proporcionar períodos de día y de noche. En el segundo día fue
separado el firmamento para ser la expansión de la atmósfera terrestre. Sigue
en el orden, la separación de la tierra y el agua, así la vegetación apareció
a su debido tiempo. El cuarto día empezaron a funcionar las luminarias en el
cielo en sus respectivos lugares, para determinar las estaciones, años y días
para la tierra. El quinto día trajo a la existencia criaturas vivas para
poblar las aguas de abajo y el cielo arriba. Culminante en esta serie de
acontecimientos creativos fue el día sexto.Fueron ordenados los animales
terrestres y el hombre para la ocupación de la tierra. El último día fue
distinguido de los primeros confiándosele la responsabilidad de tener dominio
sobre toda la vida animal. La vegetación fue la provisión de Dios para su
mantenimiento. En el séptimo día terminó Dios sus actos creativos y lo
santificó: como período de descanso.
El
hombre es inmediatamente distinguido como lo más importante de toda la
creación de Dios (2:4b-25). Creado a imagen de Dios, el hombre se convierte
en el punto central de su interés al continuar el relato. Aquí se dan más
detalles de su creación: Dios lo formó del polvo de la tierra y sopló en él
el aliento de vida, haciéndolo un ser viviente. Al hombre, no solo se le
confió la responsabilidad de cuidar de los animales, sino que también se le
encargó que les pusieran nombre. La distinción entre el hombre y los animales
se hace más evidente por el hecho de que no encontró compañía satisfactoria,
hasta que Dios creó a Eva como su ayuda idónea. Como habitación del hombre,
Dios preparó un jardín en el Edén. Encargado del cuidado de este jardín, al
hombre le fue confiado el disfrute completo de todas las cosas que Dios había
previsto abundantemente. Había únicamente una restricción: el hombre no debía
comer del árbol del conocimiento del bien y del mal.
La caída del hombre y
sus consecuencias —3:1 - 6:10
El punto más crucial en
la relación del hombre con Dios, es el cambio drástico que se precipitó por
desobediencia del primero (3:1-24). Como el más trágico desarrollo en la
historia de la raza humana, constituye un tema recurrente en la Biblia.
Enfrentada
con una serpiente que hablaba, Eva comenzó a dudar de la prohibición de Dios
y deliberadamente desobedeció. A su vez, Adán cedió a la persuasión de Eva.
Inmediatamente se hallaron conscientes de su decepción y del engaño producido
por la serpiente y de su desobediencia a Dios. Con hojas de higuera,
intentaron recubrir sus vergüenzas. Cara a cara con el Señor Creador, todas
las partes implicadas en esta trasgresión fueron juzgadas solemnemente. La
serpiente fue maldita por encima de todos los animales (3:14). La enemistad
sería puesta como relación perpetua entre la semilla de la serpiente, que
representaba más que el reptil presente y la semilla de la
mujer. Respecto a Adán y a Eva el juicio de Dios, tiene un carácter de
misericordia, al asegurar la definitiva victoria para el hombre a través de
la semilla de la mujer (3:15). Pero la mujer fue condenada al
sufrimiento de criar sus hijos y el hombre sujeto a una tierra maldita. Dios
proveyó pieles para su vestido, que implicaba el matar animales como
consecuencia de ser hombre pecador. Conscientes del conocimiento del bien y
del mal, Adán y Eva fueron inmediatamente expulsados del huerto del Edén, por
miedo a que compartieran el árbol de la vida y así vivir para siempre.
Perdido el habitat de la eterna felicidad, el hombre se encaró con las
consecuencias de la maldición, con la sola promesa de un eventual consuelo a
través de la simiente de la mujer, que mitigaría su destino.
De
los hijos nacidos a Adán y a Eva, solo tres se mencionan por su nombre. Las
experiencias de Caín y Abel revelan la condición del hombre en su nuevo
estado cambiado. Ambos adoraban a Dios llevándole ofrendas. Mientras que el
sacrificio de un animal de Abel era admitido, la ofrenda de vegetales de Caín
era rechazada. Irritado por aquello, Caín mató a su hermano. Puesto que había
sido advertido por Dios, Caín adoptó una actitud de deliberada desobediencia,
convirtiéndose así en el primer asesino de la humanidad. No es irrazonable
obtener la conclusión de que esta misma actitud prevaleció cuando llevó su
ofrenda, que Dios había rechazado.
La
civilización de Caín y sus descendientes está reflejada en una genealogía que
sin duda alguna representa un muy largo período de tiempo (4:17-24). El
propio Caín fundó una ciudad. Una sociedad urbana en la antigüedad, por
supuesto, implicaba el crecimiento de rebaños y manadas de animales. Las
artes se desarrollaron con la invención y producción de instrumentos
musicales. Con el uso del hierro y el bronce Üegó la ciencia de la
metalurgia. Esta avanzada cultura dio aparentemente al pueblo un falso
sentido de seguridad. Esto se refleja en una actitud de despreocupación y
fanfarronería ostentada por Lamec, el primer polígamo. Tuvo el orgullo de
utilizar armas superiores para destruir la vida. Característicamente ausente,
por contraste, estuvo cualquier reconocimiento de Dios por la progenie de
Caín.
Después
de la muerte de Abel y su pérdida y de la decepción respecto a Caín como
asesino, los primeros padres tuvieron una nueva esperanza con el nacimiento
de Set (4:25). Fue en los días del hijo de Set, Enós, que los hombres
comenzaron a volverse hacia Dios. Con el paso de numerosas generaciones y
muchos siglos, otro signo de acercamiento a Dios fue ejemplificado en Enoc.
Esta notable figura no experimentó la muerte; su vida de piedad filial con
Dios terminó con su asunción. Con el nacimiento de Noé, la esperanza revivió
una vez más. Lamec, un descendiente de Set, anticipó que a través de su hijo,
el género humano sería consolado de la maldición y relevado de ella por la
cual había sufrido desde la expulsión del hombre del Jardín del Edén.
En
los días de Noé, el creciente ateísmo de la civilización alcanzó una
verdadera crisis. Dios, que había creado al hombre y su habitat, estaba
decepcionado con su prevaleciente cultura. Los matrimonios entre los hijos de
Dios y las hijas de los hombres le habían disgustado. La corrupción, los
vicios y la violencia se incrementaron hasta el extremo de que todos los
planes y acciones de los hombres estaban caracterizados por el mal. La
actitud de lamentación de Dios en haber creado el género humano resultaba
aparente en el plan de retirar su espíritu del hombre. Un período de ciento
veinte años de aviso precedió el juicio que pendía sobre la raza humana. Solo
Noé encontró favor a los ojos de Dios. Justiciero y sin tacha, se mantuvo en
una aceptable relación con el Dios Creador.
El diluvio: El juicio
de Dios sobre el hombre —6:11 - 8:19
Noé era un hombre
obediente. Cuando se le ordenó que construyese el arca, él siguió las
instrucciones (6:11-22). Las medidas del arca todavía representan las proporciones
básicas utilizadas en la construcción de embarcaciones. No estando diseñada
para navegar a velocidad, el arca fue construida para albergar y acomodar en
ella todas las formas de vida que tuvieran que ser conservadas durante la
crisis del juicio del mundo. Se proveyó amplio lugar para albergar a Noé, su
esposa y sus tres hijos y sus esposas, una representación de cada animal
básico y ave y alimento para todos ellos.
Durante
aproximadamente un año, Noé quedó confinado en el arca, mientras que el mundo
estaba sujeto al juicio divino. El propósito de Dios de destruir la
pecadora raza humana se cumplió. Tanto si el diluvio fue local o a escala
mundial resulta de importancia secundaria, por el hecho de que el diluvio se
extendió lo bastante para incluir a toda la raza humana. Lluvias incesantes y
aguas procedentes de fuentes subterráneas elevaron, el nivel de las aguas por
encima de los picos de las más altas montañas. A su debido tiempo, el agua
fue cediendo. El arca acabó descansando sobre el monte Ararat. Una vez que el
hombre abandonase el arca se enfrentó con una nueva oportunidad en un mundo
renovado.
El nuevo principio del
hombre —8:20 - 11:32
La
civilización tras el diluvio comenzó con ofrecimientos sacrifícales. En
respuesta, Dios hizo un convenio con Noé y sus descendientes. Jamás el mundo
volvería a ser destruido con un nuevo diluvio. El arco iris en el cielo se
convirtió en el signo perpetuo de la alianza eterna de Dios con el hombre.
Bendiciendo a Noé, Dios le comisionó para poblar y adueñarse de toda la
tierra. Los animales, debidamente sacrificados, al igual que la vegetación,
quedaron como fuentes de alimento viviente. El hombre, sin embargo, quedaba
estrictamente a disposición de Dios, a cuya imagen había sido creado, para
evitar el derramamiento de su sangre.
Volviendo
hacia un propósito agrario, Noé plantó una viña. Su indulgencia con la
ingestión del vino resultante, dio como resultado que Cam y probablemente su
hijo Canaán le faltasen al respeto que le debían. Este incidente dio ocasión
a los pronunciamientos paternales de maldición y bendiciones hechos por Noé
(9:20-28). El veredicto de Noé fue profético en su alcance. Anticipó la
pecaminosa actitud de Cam reflejada en la línea de Canaán, uno de los cuatro
hijos de Cam. Siglos más tarde, los impíos cananeos fueron objeto de
severo juicio con la ocupación de sus tierras por los israelitas. Sem y
Jafet, los otros hijos de Noé, recibieron las bendiciones de su padre.
Siendo
una racial y lingüísticamente, la raza humana permaneció en un lugar por un
período indefinido (11:1-9). Sobre la llanura de Sinar, emprendió el proyecto
de construir un tremendo edificio. La construcción de la Torre de Babel
representaba el orgullo en los logros humanos al igual que un desafío del
mandato de Dios para poblar toda la tierra. Dios, que continuamente había
tomado interés en el hombre constantemente, desde su creación, no podía
ignorarlo entonces. Aparentemente la torre no fue destruida, pero Dios
terminó con el intento por la confusión de las lenguas. Esto dio como
resultado de la dispersión de la raza humana.
La
distribución geográfica de los descendientes de Noé, se da en un breve
sumario (10:1-32). Esta genealogía, que representa una larga era, sugiere
áreas hacia las cuales emigraron las diversas familias. Jafet y sus hijos se
situaron en las proximidades de los mares Negro y Caspio, extendiéndose hacia
el oeste en dirección a España (10:2-5). Muy verosímilmente los griegos, los
pueblos indo-germánicos y otros grupos emparentados entre sí, descienden de Jafet.
Los
tres hijos de Cam descendieron hacia África (10:6-14). Subsiguientemente, se
expandieron hacia el norte y hacia las tierras de Sinar y Asiría,
construyendo ciudades tales como Nínive, Calah, Babel, Acad y otras. Canaán,
el cuarto hijo de Cam, se estableció a lo largo del Mediterráneo,
extendiéndose desde Sidón a Gaza y hacia el este. Aunque camitas de origen
racial, los cananeos utilizaban una lengua muy emparentada de cerca con la de
los semitas.
Cam y
sus descendientes ocuparon el área norte del Golfo Pérsico (10: 21-31). Elam,
Asur, Aram, y otros nombres de ciudades estaban asociados con los semitas.
Después de 2000 años a. C. tales ciudades como Mari y Nahor se hicieron
centros sobresalientes de cultura de los semitas.
Para
concluir el período de los principios, el fin de los desarrollos se reduce
hacia los semitas (11:10-32). Por medio de una estructura genealógica que
utiliza diez generaciones, el registro finalmente se enfoca sobre Taré, que
emigró desde Ur a Harán. El climax es la presentación de Abram, más tarde
conocido por Abraham (Gen. 17:5) que encarna el comienzo de una nación
elegida, la nación de Israel, que ocupa el centro de interés en todo el resto
del Antiguo Testamento.
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ResponderBorrarMuy claro, sin duda esto nos ayudara a comprender las Escrituras. Gracias
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